jueves, octubre 30, 2014

Start-ups, la solución.


Muchas cifras, muchos estudios, muchas personas sustentan que las oportunidades de las generaciones que egresarán de la universidad en éste y los próximos años se van a enfrentar a un mundo laboral sumamente complicado, tanto por la poca oferta que hay, como por las exigencias "irracionales" de los perfiles en los que se pide mucha experiencia, "mucha presencia", muchos conocimientos, muchos idiomas y poca paga.

El problema más grave no radica en las características de los perfiles, los cuales muchas veces están basados exclusivamente en las denominadas Hard Skills (conocimientos y habilidades) y no contemplan las Soft Skills (Competencias) de inicio. De hecho una crítica que tengo cuando éstas herramientas son consideradas en un perfil se hacen válidas a través de los exámenes psicométricos, los cuales no reflejen en realidad las competencias que tiene una persona (es un tema muy amplio de discutir). La realidad y, esto lo digo por experiencia propia es que hay una amplia deserción y despido en los empleos por la falta de "competencias".

Las organizaciones toman como base ello para argumentar el por qué ahora no están dispuetas a pagar un buen sueldo a un principiante o llegar al grado de no pagar por ello, haciendo un abuso casi constante de vacantes a las que llaman "becarios", "trainees" e "internship", en donde ofrecen una compensación mínima y en la mayoría de los casos nula.

Una de las ideas más constantes que han surgido es crear esquemas en donde las universidades y organizaciones enseñen como desarrollar las competencias (trabajo en equipo, toma de decisiones, resistencia al estrés, proactividad), pero muchos profesionales de los recursos humanos coinciden en que dichas competencias no pueden aprenderse sino es a través de la verdadera experiencia.

En lo personal creo que si hay una enorme posibilidad de lograr desarrollar un esquema que permita a los futuros profesionistas a por lo menos descubrir sus competencias, pero me preocupa una situación más grande: ¿para qué preparar las competencias de los estudiantes y egresados en un entorno en donde las oportunidades laborales para los profesionistas seguirán siendo mínimas?

Y he estado utilizando el término "profesionista" dado que estoy convencido de que las universidades son limitativas en ése sentido, pues si se enfocan (o nos enfocamos, lo acepto soy docente) en preparar mercadólogos, publicistas, diseñadores, ingenieros, abogados que estén listos como materia prima para "venderse" en un mundo laboral donde la oferta ya es muy amplia (cantidad de egresados) y los precios muy bajos (sueldos).

Hoy debemos responsabilizarnos de crear nuevos caminos, nuevos esquemas que preparen a los estudiantes a ser PROFESIONALES sea cual sea la carrera que estudiaron, pero no más para ser "un trabajador" de una organización, sino para que desarrolle sus competencias y las aplique en sus propios emprendimientos. Enseñarles a ser los Start-ups que dirigirán el mundo en menos de una década.

¿Quién está dispuesto a subirse a éste tren? ¿Quién apuesta a ésta solución? Enseñar para emprender y no para crear "fuerza laboral".

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