lunes, diciembre 16, 2013

Las jirafas se juntan con las jirafas.


Así ocurrió:

Cierta ocasión me encontraba consternado. Estaba en la víspera del arribo de una persona a la que le tenía una enorme aprecio y admiración. El motivo de mi consternación no era su llegada ni nada que tuviera que ver con él sino un asunto surgido en otro contexto.

-"¿Qué tienes? Te noto raro"- Dijo la persona a la que esperaba.

-"¡Qué bueno que lo preguntas!"- Respondí, -"Hoy se acercó a mi una conocida, de nombre Bety, que me contó un suceso y me pidió mi opinión. Me relató con lujo de detalle que estaba encargada de un proceso de selección de personal para un puesto gerencial. Que el puesto iba a ser cubierto por empleados internos a la organización a la que pertenece y que ella había propuesto dos chicas, quienes han sido amigas muy cercanas a lo largo de los años que han trabajado para la empresa. Me dijo que, además de todos los trámites normales que se dan en este tipo de procesos, la empresa había decidido poner un reto que consistía en presentar un proyecto para el que tenían que conseguir información relevante; misma que no es sencilla de obtener por el carácter confidencial. Me comentó que la relación de amistad entre las candidatas parecía no haberse deteriorado al saber que sólo una de ellas iba a lograr obtener el puesto. Tenían una fecha meta para presentar los resultados de su investigación, por lo que Bety les pidió que cada una se valiera de sus propios recursos para lograr el objetivo."

-"¿Lo hicieron?"- Me cuestionó.

-"Me cuenta que, con el paso de los días, pudo ver cómo una de ellas fue la más entregada en conseguir la información y que al ver que su contrincante no lograba avanzar, le compartía ciertos consejos de dónde buscar, pero era obvio el desinterés de la otra chica por esforzarse. Una semana antes de llegar la fecha para entregar el proyecto, Bety (no importando las circunstancias) fue testigo de cómo la chica que menos se esforzaba entraba a un hotel de paso acompañada de uno los ejecutivos que tomaría la decisión para seleccionar a la futura gerente. Llegada la fecha, ambas presentaron sus propuestas por separado. Sorpresivamente, la chica que había sido vista entrando al hotel entregó una propuesta muy acertada, mientras que la chica que tanto se había esforzado presentó un proyecto que, si bien no era malo, no era tan completo; le faltaba mucha de la información que se requería."

-"¡Pero es obvio que una es mejor que la otra! ¿cuál es la duda?"- Me dijo.

-"Resulta que después de las respectivas presentaciones los directivos decidieron por la mejor propuesta, es decir, la chica que fue vista en el hotel. El asunto es que Bety me comentó que ella no tiene duda alguna de que la propuesta seleccionada era mucho mejor que la de la otra candidata, pero está casi segura que la chica elegida se valió de ése encuentro con el ejecutivo para obtener información y el apoyo de los otros directivos. El asunto se hubiera quedado ahí si no fuera porque el Director General llamó a Bety en privado y le comentó que él no estaba convencido de la decisión tomada por todos en conjunto, y que tenía ciertas dudas. Le dijo: No dudo que la propuesta fue muy buena, habla de la capacidad que tiene ésta mujer, pero tengo la impresión de que tú no estás convencida, así que dame tu decisión que yo la apoyaré. Y es precisamente donde ella está confundida. Sabe que la chica seleccionada hizo una mejor propuesta que la otra, pero sabe, al mismo tiempo, que se valió de un encuentro para enriquecerla. La duda es que ella piensa que el suceso no demerita la capacidad de la chica elegida sino que es un asunto de ética. Su pregunta es ¿Lo dice o no lo dice? Sí lo dice truncará el crecimiento de una mujer que, a pesar de todo, tiene una enorme capacidad. Pero si no lo dice, ella estaría faltando a su ética. Por ello es que Bety me pregunto: ¿Tú qué harías en mi lugar Gustavo?"

-"¿Y qué respondiste?"- Dijo mi visitante.

-"Aún no he respondido. Tengo una postura al respecto, pero, sabiendo que venías, quise esperar y preguntarte antes a ti. Ya que eres un hombre al que admiro y respeto por tu enorme inteligencia."

-"¡Yo le daba el puesto y no hablaría! Finalmente no importan los medios, ni las formas. La mujer logró lo que quería y eso le da un gran valor. Ella llega a sus metas y ése es el tipo de gente que requieren las organizaciones! ¿O qué? ¿Acaso no piensas lo mismo?"

Con el paso de los años he constatado que muchas personas y organizaciones piensan de esta manera. Qué para muchos no importan los medios ni las formas sino lograr el objetivo. Sin embargo, desde el lugar donde yo veo las cosas siempre he creído que sobre las formas y los medios debe prevalecer el VALOR y la ÉTICA. Esa admiración que tuve por mi visitante se convirtió en tristeza y decepción; aunque con el paso del tiempo se ha convertido en Aceptación. Las personas son lo que son, y de cada uno de nosotros depende saber con quiénes estar. Bien dice un dicho: "Las jirafas se juntan con las jirafas". Mi respuesta ante la pregunta fue: "No, no pienso lo mismo" y desde entonces tuve un amigo menos.

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