sábado, marzo 30, 2013

El consumo de capricho


No hablo de siglos, tampoco de décadas, es más creo que ni siquiera de lustros. Aunque sé que el cambio en las conductas de los consumidores ha sido marcada por muchos teóricos como asuntos generacionales, hoy los cambios se dan de una manera más estrepitosa.
Desde mi personal punto de vista creo que, por lo menos en nuestro país, hace solo unos cuántos años se está dando un fenómeno al que aún no encuentro como denominarlo. ¿De qué se trata? Bueno se ha estado generando un tendencia interesante en la que los consumidores han pasado de ser una fuente activa de generación de información para la mejora o creación de nuevos productos para convertirse en críticos y detractores de lo que las empresas ofrecen.
Es cada vez más común ver, escuchar y leer en las redes sociales personas que externan de una manera ruda y hasta agresiva lo que opinan de los productos o servicios que han consumido. Sin duda esto, lejos de ser negativo, se convierte en una gran oportunidad que las empresas deben analizar. Me parece, por las experiencias que tengo al respecto, que lejos de quejarse de algo tangible se refieren más bien a cuestiones que tienen que ver con la atención al cliente o la ausencia de un valor agregado. 
Lo que me queda claro es que la tendencia es que los consumidores no sólo quieren ser escuchados por las marcas sino que pretenden ser atendidos a un grado extremo que piden ser complacidos hasta en el más exigente capricho.
Por ello, creo que pronto pasaremos de un marketing relacional a uno de "gestión de caprichos", al cual los teóricos le darán un nombre muy técnico y nice, seguramente.

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