2004-2007
Los años 2004 y 2005 fueron de suma importancia para la institución debido a que se destinó la
mayoría de los esfuerzos para obtener la acreditación FIMPES, cuya finalidad era obtener la certificación de alta calidad educativa en México. De este proceso la insitución salio avante, pero ¿cuáles fuerón las situaciones originadas de ello? Bueno, en principio, este proceso coadyuvo a que los procesos administrativos se llevaran a un nivel de control extremo, con lo cual paso de ser un mero control a convertirse en una "burocracia" que se traducía en un cúmulo de pasos innecesarios para el funcionamiento de la institución.
¿Había algo de malo en ello? Quizás si, quizás no. La situación es que en el aula los alumnos (y, por su puesto, CLIENTES de la intitución) comenzaban a tener quejas de inconformidad originadas por esa "burocracia", que se veía reflejada en el exceso y confusión de los trámites que había que realizar para cursar las licenciaturas, ya que no quedaba claro cuántas materias podían o no podían cursar por periodo, se confundían en el tipo de programa de estudios que cursaba cada generación (producto de la actualización para FIMPES), había mayor confusión en los trámites que debían realizar para hacer el servicio social y los modalidades de titulación. La contradicción es que desde lo administrativo todo estaba "completamente" controlado.
Un descontecto más surgio de la gran propuesta de la institución, la cuál consistía en estandarizar la enseñanza, a través del programa conocido como Sistema Interactivo en el Aula (SIA), que implicaba el uso de herramientas interactivas, bajo el esquema del autoaprendizaje supervisado. Este programa, propuesto por el INITE, fue implementado en el tronco común de todas las carreras. La gran queja del cliente (el alumno) sobre esa área era que no existía una "interactividad" real, pues sentía que seguía recibiendo una enseñanza tradicional sólo enriquecida por el uso de una pantalla.
Otra situación que los clientes de la institución sintieron como fallida fue el mal manejo de la información comercial (llámese publicidad) de la institución. Por una parte, había una campaña que hablaba de un alto porcentaje de alumnos que trabajaban por los horarios flexibles que tenía UNITEC, y los alumnos se quejaban de que no era así (la realidad es que no lo era). Por otra parte, en campañas subsecuentes, se hablaba de la "cultura del esfuerzo", basada en la misión de unitec, pero esto desencadenaba el descontento de los alumnos quienes sentían que había una contradicción entre ese postulado y el lema de la institución (ciencia y técnica con HUMANISMO). Es decir, ellos sentían que se les exigía un esfuero adicional, pero la institución no era comprensiva con sus peticiones (no tenía ese plano humano); esto desencadenaba un cuestionamiento importante ¿Sí yo soy el cliente, por qué soy tratado así?
Desde el punto de vista administrativo, esta fue al mismo tiempo una época en la que el personal tuvo un alto índice de rotación, los cambios se veían constantemente en el control ejercido. Aparentemente todo debería funcionar muy bien, pero el clima organizacional decía lo contrario, pues el personal estaba ahi más por necesidad/obligación que por empatía y autoconvencimiento. El descontento interno se enfatizaba por las auditorias que se implementaban para verificar que se estuvieran desarrollando las acciones directivas impuestas, pero de ellas no se emanaban acciones correctivas.
En consecuencia, no existía una "identificación" entre la organización y sus empleados ni con sus clientes. Es decir no había un clima organizacional adecuado y los integrantes de la comunidad unitec no se sentían del todo identificados con ello.
Dado que este periodo duro prácticamente 3 años (tiempo en el que un estudiante puede hacer una carrera en UNITEC), hemos dado por llamar a este periodo la Generación del Caos.
Los años 2004 y 2005 fueron de suma importancia para la institución debido a que se destinó la
mayoría de los esfuerzos para obtener la acreditación FIMPES, cuya finalidad era obtener la certificación de alta calidad educativa en México. De este proceso la insitución salio avante, pero ¿cuáles fuerón las situaciones originadas de ello? Bueno, en principio, este proceso coadyuvo a que los procesos administrativos se llevaran a un nivel de control extremo, con lo cual paso de ser un mero control a convertirse en una "burocracia" que se traducía en un cúmulo de pasos innecesarios para el funcionamiento de la institución.¿Había algo de malo en ello? Quizás si, quizás no. La situación es que en el aula los alumnos (y, por su puesto, CLIENTES de la intitución) comenzaban a tener quejas de inconformidad originadas por esa "burocracia", que se veía reflejada en el exceso y confusión de los trámites que había que realizar para cursar las licenciaturas, ya que no quedaba claro cuántas materias podían o no podían cursar por periodo, se confundían en el tipo de programa de estudios que cursaba cada generación (producto de la actualización para FIMPES), había mayor confusión en los trámites que debían realizar para hacer el servicio social y los modalidades de titulación. La contradicción es que desde lo administrativo todo estaba "completamente" controlado.
Un descontecto más surgio de la gran propuesta de la institución, la cuál consistía en estandarizar la enseñanza, a través del programa conocido como Sistema Interactivo en el Aula (SIA), que implicaba el uso de herramientas interactivas, bajo el esquema del autoaprendizaje supervisado. Este programa, propuesto por el INITE, fue implementado en el tronco común de todas las carreras. La gran queja del cliente (el alumno) sobre esa área era que no existía una "interactividad" real, pues sentía que seguía recibiendo una enseñanza tradicional sólo enriquecida por el uso de una pantalla.
Otra situación que los clientes de la institución sintieron como fallida fue el mal manejo de la información comercial (llámese publicidad) de la institución. Por una parte, había una campaña que hablaba de un alto porcentaje de alumnos que trabajaban por los horarios flexibles que tenía UNITEC, y los alumnos se quejaban de que no era así (la realidad es que no lo era). Por otra parte, en campañas subsecuentes, se hablaba de la "cultura del esfuerzo", basada en la misión de unitec, pero esto desencadenaba el descontento de los alumnos quienes sentían que había una contradicción entre ese postulado y el lema de la institución (ciencia y técnica con HUMANISMO). Es decir, ellos sentían que se les exigía un esfuero adicional, pero la institución no era comprensiva con sus peticiones (no tenía ese plano humano); esto desencadenaba un cuestionamiento importante ¿Sí yo soy el cliente, por qué soy tratado así?
Desde el punto de vista administrativo, esta fue al mismo tiempo una época en la que el personal tuvo un alto índice de rotación, los cambios se veían constantemente en el control ejercido. Aparentemente todo debería funcionar muy bien, pero el clima organizacional decía lo contrario, pues el personal estaba ahi más por necesidad/obligación que por empatía y autoconvencimiento. El descontento interno se enfatizaba por las auditorias que se implementaban para verificar que se estuvieran desarrollando las acciones directivas impuestas, pero de ellas no se emanaban acciones correctivas.
En consecuencia, no existía una "identificación" entre la organización y sus empleados ni con sus clientes. Es decir no había un clima organizacional adecuado y los integrantes de la comunidad unitec no se sentían del todo identificados con ello.
Dado que este periodo duro prácticamente 3 años (tiempo en el que un estudiante puede hacer una carrera en UNITEC), hemos dado por llamar a este periodo la Generación del Caos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario